¡Llegar tarde a veces tiene su encanto! (o cómo aprendí a amar la impuntualidad… ¡a veces!)
La otra mañana corría apresurado porque tenía una reunión importante y llegaba tarde. Estaba estresado, sudando y maldiciendo…
La otra mañana corría apresurado porque tenía una reunión importante y llegaba tarde. Estaba estresado, sudando y maldiciendo…