¡Llegar tarde a veces tiene su encanto! (o cómo aprendí a amar la impuntualidad… ¡a veces!)
2024-10-11
La otra mañana corría apresurado porque tenía una reunión importante y llegaba tarde. Estaba estresado, sudando y maldiciendo al tráfico y a mí mismo por dormir demasiado. Al llegar a la oficina, me di cuenta de que la reunión se había retrasado porque el jefe, famoso por su puntualidad, tuvoSeguir leyendo